AMBICIONES
IMPERIALES
Una
de
las
mentes
más
lucidas
de
nuestro
tiempo,
Noam
Chomsky,
ha
sido
anatemizado
por
el
gobierno
estadunidense
como
uno
de
los
integrantes
del
que
Bush
nombró
''el
eje
del
mal".
Entrevistado
por
David
Barsamian
para
el
libro Ambiciones
imperiales,
Chomsky
disecciona
la
estrategia
propagandística
en
que
se
basa
el
concepto
estadunidense
de
democracia
y su
logística
mercadotécnica
para
conseguir
sus
ambiciones.
En
especial,
analiza
la
campaña
presidencial
de
2004
y el
futuro
de
la
seguridad
social.
Con
autorización
de
Editorial
Océano,
ofrecemos
a
los
lectores
de La
Jornada un
adelanto
de
este
libro
Cambridge,
Massachussetts,
22
de
marzo
de
2003.
¿Qué
implicaciones
tiene
para
la
región
la
invasión
estadunidense
de
Irak
y su
posterior
ocupación?
-Creo
que
no
sólo
la
región,
sino
el
mundo
en
general,
percibe,
atinadamente,
que
la
invasión
estadunidense
es
una
prueba,
un
intento
de
establecer
una
norma
nueva
sobre
el
recurso
a la
fuerza
militar.
La
Casa
Blanca
articuló
esta
norma
nueva,
en
términos
generales,
en
septiembre
de
2002
cuando
anunció
la
nueva
Estrategia
de
Seguridad
Nacional
de
los
Estados
Unidos
de
América.
El
informe
proponía
una
doctrina
relativamente
novedosa
e
inusitadamente
radical
sobre
el
uso
de
la
fuerza
en
el
mundo.
No
es
casual
que
la
publicación
del
informe
coincidiese
con
el
redoble
de
tambores
que
anunció
la
guerra
de
Irak.
Esta
nueva
doctrina
no
preconizaba
la
guerra
preventiva
entendida
en
el
sentido
de
adelantarse
a
posibles
ataques
(lo
cual
podría
decirse
que
encaja
con
una
interpretación
más
o
menos
forzada
de
la
Carta
de
las
Naciones
Unidas),
sino
más
bien
algo
que
empieza
a no
tener
fundamento
alguno
en
el
derecho
internacional,
a
saber:
la
guerra
preventiva
entendida
en
el
sentido
estricto
de
la
palabra.
Es
decir,
Estados
Unidos
dominará
el
mundo
por
la
fuerza
y si
se
produce
el
mínimo
desafío
a
dicha
dominación,
ya
sea
lejano,
inventado,
imaginado
o lo
que
sea,
Estados
Unidos
tendrá
derecho
a
eliminarlo
antes
de
que
llegue
a
convertirse
en
una
amenaza.
Eso
es
una
guerra
de
prevención,
no
de
anticipación.
Una
norma
nueva
no
se
establece
así
como
así.
Evidentemente,
no
todos
los
estados
tienen
capacidad
para
crear
lo
que
entendemos
por
una
norma
nueva.
Por
ejemplo,
si
la
India
invade
Pakistán
para
acabar
con
unas
atrocidades
monstruosas,
no
por
ello
estará
creando
una
norma
nueva.
Pero
Estados
Unidos
sí
que
instaura
una
norma
nueva
al
bombardear
Serbia
alegando
una
serie
de
motivos
dudosos.
En
eso
consiste
el
poder.
La
manera
más
sencilla
de
establecer
una
norma
nueva
-como
puede
ser
el
derecho
a la
guerra
preventiva-
consiste
en
elegir
un
objetivo
absolutamente
indefenso
que
no
pueda
hacer
nada
contra
la
fuerza
militar
más
descomunal
de
la
historia
de
la
humanidad.
Sin
embargo,
para
que
algo
así
goce
de
credibilidad,
al
menos
de
cara
a tu
propia
población,
lo
que
tienes
que
hacer
primero
es
asustar
a la
gente.
O
sea,
hay
que
tildar
a
ese
objetivo
indefenso
de
horrible
amenaza
para
la
supervivencia,
que
fue
además
el
responsable
de
los
atentados
del 11-S y
que
se
dispone
a
atacarnos
otra
vez,
etcétera,
etcétera.
Precisamente
fue
lo
que
se
hizo
con
Irak.
En
lo
que
fue
un
logro
propagandístico
verdaderamente
espectacular,
que
sin
duda
pasará
a la
historia,
Washington
hizo
un
esfuerzo
tremendo
por
convencer
a
los
estadunidenses
de
que
estábamos
solitos
en
el
mundo
y de
que
Saddam
Hussein
no
sólo
era
un
monstruo,
sino
además
representaba
una
amenaza
para
nuestra
existencia.
Y en
esencia
lo
consiguió.
La
mitad
de
la
población
estadunidense
cree
que
Saddam
Hussein
estuvo
''implicado
personalmente"
en
los
atentados
del
11
de
septiembre
de
2001.
Todo
encaja.
Se
presenta
una
doctrina
nueva,
se
establece
la
norma
aplicándola
a un
caso
muy
simple,
se
mete
miedo
a la
población,
y la
gente,
convencida
de
estar
sola
en
el
mundo,
se
traga
que
una
serie
de
fabulosas
amenazas
ponen
en
peligro
su
existencia
y,
por
tanto,
apoya
encantada
el
recurso
a la
fuerza
militar
en
defensa
propia.
Si
uno
se
cree
todo
eso,
entonces
verdaderamente
la
invasión
de
Irak
es
en
defensa
propia,
por
mucho
que
en
la
realidad
esta
guerra
sea
un
ejemplo
de
agresión
de
libro
de
texto,
cuyo
fin
no
es
otro
que
ampliar
los
supuestos
de
futuras
agresiones.
Una
vez
asimilado
el
caso
sencillo,
ya
se
puede
pasar
a
otros
más
complicados.
Gran
parte
del
planeta
se
opone
de
manera
abrumadora
a la
guerra
porque
entiende
que
no
tiene
que
ver
únicamente
con
atacar
a
Irak.
Mucha
gente
la
percibe
correctamente,
tal
como
fue
ideada,
es
decir,
como
la
firme
advertencia
de
que
más
te
vale
portarte
bien
si
no
quieres
ser
tú
el
próximo.
Por
eso
en
estos
momentos
mucha
gente,
tal
vez
la
inmensa
mayoría
de
la
población
del
planeta,
ve a
Estados
Unidos
como
la
mayor
amenaza
para
la
paz
en
el
mundo.
En
solo
un
año
George
W.
Bush
ha
conseguido
convertir
a
Estados
Unidos
en
un
país
profundamente
temido,
aborrecido
e
incluso
odiado.
-En
el
Foro
Social
Mundial
de
Porto
Alegre
(Brasil),
celebrado
en
febrero
de
2003,
describiste
a
Bush
y a
su
entorno
como
unos
''nacionalistas
radicales"
que
estaban
llevando
a
cabo
actos
de
''violencia
imperialista".
¿Existen
diferencias
fundamentales
entre
este
régimen
de
Washington,
DC,
y
los
anteriores?
-Tener
cierta
perspectiva
histórica
resulta
útil,
así
que
vayamos
al
otro
extremo
del
espectro
político,
al
punto
al
que
más
lejos
podamos
llegar:
Kennedy
y
sus
liberales.
En
1963
su
gobierno
anunció
una
doctrina
que
no
se
diferencia
mucho
de
la
Estrategia
de
Seguridad
Nacional
de
Bush.
Dean
Acheson,
respetado
estadista
entrado
en
años
y
asesor
de
la
administración
Kennedy,
pronunció
un
discurso
ante
la
American
Society
of
International
Law
(Sociedad
Americana
de
Derecho
Internacional)
en
el
que
sostuvo
que
no
se
derivan
''acciones
legales''
del
hecho
de
que
Estados
Unidos
responda
a
una
amenaza
contra
su
''poderío,
su
posición
y su
prestigio''.
Lo
dijo
en
un
momento
bastante
significativo:
poco
después
de
la
crisis
de
los
misiles
cubanos
de
1962,
que
prácticamente
puso
al
mundo
al
borde
de
la
guerra
nuclear.
En
gran
medida,
la
crisis
de
los
misiles
cubanos
fue
el
resultado
de
una
campaña
a
gran
escala
de
terrorismo
internacional
encaminada
a
derrocar
a
Castro
(lo
que
hoy
denominamos
cambio
de
régimen)
y
que
empujó
a
Cuba
a
dotarse
de
misiles
rusos
como
medida
defensiva.
Acheson
alegó
que
Estados
Unidos
tenía
derecho
a
recurrir
a la
guerra
preventiva
en
respuesta,
no
ya a
una
verdadera
amenaza
contra
nuestra
existencia,
sino
al
simple
cuestionamiento
de
nuestra
posición
y de
nuestro
prestigio.
De
hecho,
su
manera
de
expresarlo
resulta
aún
más
radical
que
la
doctrina
de
Bush.
Pero,
para
ponerlo
en
su
justa
perspectiva,
fue
algo
que
Dean
Acheson
proclamó
ante
la
American
Society
of
International
Law;
no
se
trató
de
la
declaración
oficial
de
una
política.
Por
el
contrario,
el
documento
que
recoge
la
Estrategia
de
Seguridad
Nacional
es
la
declaración
formal
de
una
política,
de
una
franqueza
inusitada,
y no
simplemente
unas
afirmaciones
realizadas
por
un
alto
funcionario.
-Un
eslogan
que
todos
hemos
oído
en
los
mítines
en
favor
de
la
paz
dice:
''Sangre
por
petróleo,
no''.
Se
suele
mencionar
el
tema
del
petróleo
como
el leitmotiv de
la
invasión
estadunidense
de
Irak.
¿Hasta
qué
punto
el
petróleo
ocupa
un
lugar
fundamental
en
la
estrategia
estadunidense?
-De
que
ocupa
un
lugar
fundamental,
no
cabe
duda.
No
creo
que
nadie
en
su
sano
juicio
lo
dude.
La
región
del
Golfo
ha
sido
la
más
importante
del
mundo
en
cuanto
a
producción
de
energía
desde
la
Segunda
Guerra
Mundial
y se
espera
que
lo
siga
siendo
durante,
al
menos,
una
generación
más.
El
golfo
Pérsico
es
una
inmensa
fuente
de
poder
estratégico
y de
riqueza
material.
E
Irak
ocupa
un
lugar
absolutamente
fundamental
en
él.
Irak
posee
las
segundas
reservas
más
grandes
de
petróleo
del
mundo,
y el
crudo
iraquí
es
muy
fácilmente
accesible
y
barato.
Si
se
tiene
el
control
de
Irak,
se
estará
en
una
posición
muy
fuerte
para
determinar
el
precio
y
los
niveles
de
producción
(no
demasiado
altos
pero
tampoco
demasiado
bajos)
para
debilitar
a la
OPEP
(Organización
de
Países
Exportadores
de
Petróleo),
y
para
influir
en
el
resto
del
mundo.
Esto
no
tiene
nada
que
ver
con
el
acceso
al
petróleo
para
importarlo
en
Estados
Unidos,
sino
con
el
control
de
dicho
petróleo.
Si
Irak
quedase
en
algún
lugar
de
Africa
central,
no
se
elegiría
como
ejemplo
básico
en
el
que
aplicar
la
nueva
doctrina
de
la
fuerza.
De
todos
modos,
nada
de
esto
explica
la
elección
del
momento
preciso
en
que
se
inició
la
actual
invasión
de
Irak,
pues
el
control
del
petróleo
de
Oriente
Medio
ha
sido
una
preocupación
constante.
-Un
documento
del
Departamento
de
Estado
fechado
en
1945
sobre
el
petróleo
de
Arabia
Saudita
lo
describe
como
''una
magnífica
fuente
de
poder
estratégico
y
uno
de
los
premios
materiales
más
grandes
de
la
historia
del
mundo''.
Estados
Unidos
importa
una
parte
importante
de
su
petróleo,
aproximadamente
15
por
ciento,
de
Venezuela.
También
importa
petróleo
de
Colombia
y de
Nigeria.
En
estos
momentos
estos
tres
estados
son,
desde
el
punto
de
vista
de
Washington,
un
tanto
problemáticos;
Hugo
Chávez
gobierna
Venezuela,
en
Colombia
se
está
librando
una
guerra
civil
y en
Nigeria
no
cesan
las
sublevaciones
y
las
huelgas.
¿Qué
opinas
de
todos
esos
factores?
-Todo
eso
viene
perfectamente
al
caso,
y
las
regiones
que
mencionas
son
justo
aquéllas
a
las
que
Estados
Unidos
pretende
tener
acceso.
Estados
Unidos
desea
hacerse
con
el
control
en
Oriente
Medio.
Pero,
al
menos
según
las
previsiones
de
las
agencias
de
inteligencia,
Washington
tiene
la
intención
de
asegurarse
lo
que
aquellas
describen
como
recursos
más
estables
en
la
cuenca
Atlántica,
esto
es:
el
oeste
de
Africa
y el
hemisferio
occidental,
áreas
que
se
encuentran
más
plenamente
bajo
control
estadunidense
que
Oriente
Medio,
una
región
siempre
difícil.
Por
tanto,
cualquier
tipo
de
turbulencia
que
se
produzca
en
esas
áreas
supone
una
amenaza
considerable
y,
en
consecuencia,
es
muy
probable
que
presenciemos
otro
episodio
como
el
de
Irak,
sobre
todo
si
la
ocupación
sale
como
esperan
los
planificadores
civiles
del
Pentágono.
Si
acaba
en
una
victoria
fácil,
sin
un
número
excesivo
de
combates,
y
Washington
es
capaz
de
establecer
un
nuevo
régimen
que
calificará
de
''democrático'',
se
sentirán
con
ánimos
para
embarcarse
en
la
siguiente
intervención.
Se
te
pueden
ocurrir
varias
posibilidades.
Una
de
ellas
es
la
región
andina.
El
Ejército
de
Estados
Unidos
cuenta
con
bases
y
con
soldados
repartidos
por
los
Andes.
Colombia
y
Venezuela,
pero
sobre
todo
Venezuela,
son
grandes
productores
de
petróleo,
y
hay
más
reservas
en
Ecuador
y
Brasil.
Otra
posibilidad
sería
Irán.
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