MENTALIDAD PRELÓGICA.
EMPIRISMO. MAGIA
Cómo hablar, por ejemplo, de un hombre que vive en África, o en
China, o aquí, cercano, en Bolivia, país limítrofe con Argentina que
es donde habito, si no conozco sus costumbres, su manera de vida.
Claro, en este mismo instante me pregunto si podría, incluso, hablar
de mi vecino, con el que dialogamos en los atardeceres, cuando nos
encontramos después de un día de trabajo y él llega en su bicicleta,
deteniéndose aquí, ante la puerta de casa para lo que es casi un
ritual: ambos, pareciera que esperamos esa hora en la cual el sol se
retira, dando paso a la penumbra del anochecer, ese misterioso y
extraño acontecimiento, como diría Sábato, la hora en que los
sonidos del día se van apagando.
Y hablar de este hombre, el vecino. ¿Qué sé de él? Conozco como se
viste, de qué manera camina, el tono de su voz cuando se expresa
verbalmente, los ademanes que acompañan a sus palabras; puedo pensar
acerca de sus conocimientos, de su precaria formación pedagógica,
pero a la vez, puedo repasar en su sabiduría. Sí, sabiduría acerca
de tantas cosas que podrían vincularse a cuestiones prácticas, pero
también dice cuando se refiere a las plantas, a los ciclos
estacionarios, a las semillas que están preparadas para ser
sembradas, a sus conejos, sus gallinas, o cuando me comenta sobre
repelentes caseros, en épocas como ésta en la cual el mosquito
transmisor del dengue, puede causar estragos. Sobre todo, en las
provincias más pobres. Y es ahí donde se lanza con una cantidad de
palabras que cuestionan de manera contundente al sistema en el cual
vivimos, el injusto sistema que los señores del poder deciden para
nosotros, los que menos tenemos, dice, donde siempre, pero siempre,
los que sufren, son los que carecen. Y menciona las calamidades a la
que estamos expuestos. Casi un pensamiento filosófico...
Benedetto Croce se ocupa de pensar sobre el conocimiento y dice que
el conocimiento intuitivo es el conocimiento expresivo.
Independiente y autónomo respecto de la función intelectual,
indiferente a las discriminaciones posteriores de lo real y de lo
irreal, y a las formaciones y apercepciones también posteriores del
espacio y del tiempo, la intuición o representación se distingue de
lo que se siente o experimenta, de la onda o flujo sensitivo, de la
materia psíquica, como forma: esta forma, esta toma de posesión, es
la expresión. Intuir es expresar, no otra cosa (nada más pero nada
menos) que expresar.
Croce identifica lo dicho anteriormente con el mundo del arte, con
el hecho artístico, tomando a la obra de arte como ejemplo de
conocimiento intuitivo. Pero advierte a la vez, que la intuición
artística se diferencia de una intuición común por ser una especie
particular que se distingue de la intuición general, por un algo de
más. Pero que todavía, nadie ha sabido indicar ese algo más.
Si volvemos milenios atrás, cuando observamos las maravillas que los
antepasados dejaron como testimonio en cuevas, cavernas y demás,
podríamos pensar, de acuerdo a la concepción del arte como hecho
mágico, tal vez, lograríamos encontrar una respuesta a eso que dice
Croce sobre que la intuición en el arte tiene un algo más.
Pensemos a la vez, que aquellos primeros, no contaban con el “saber”
acumulado durante milenios por quienes llegarían luego de ellos.
Pero ellos tenían “su saber”. Aparte del ritual mágico, del animal
flechado en la piedra para que luego se diera en el mundo real, algo
si se quiere irracional y que el acto se cumpliría por sí mismo, no
puede confundirnos respecto de que hay otros aspectos fundamentales
que justifican la lógica del cazador primitivo.
La caza, se realiza durante cierta época del año (todavía no existía
el almanaque) en tiempos propicios, por la abundancia de los
animales apetecidos, utilizando armas y técnicas adecuadas, nos hace
pensar que si bien lo mágico es un ingrediente infaltable en las
prácticas de cacería y garantiza lo sobrenatural, no excluye el
conocimiento práctico logrado por la acumulación de experiencias.
Esto dicho, de alguna manera, se opone o desdice aquella concepción
sobre la “mentalidad prelógica” en los primitivos.
Es más, lo empírico y lo mágico no se excluyen, sino que se
complementan.
Y tal vez, el algo más en el arte, sea aquello que se suele decir:
“El arte muestra lo que no se ve del mundo real”.
© Helios Buira |