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TEXTOS
De mi autoría
 
Del arte. El lenguaje. Y otra realidad
Hay autores que se han ocupado de escribir acerca del lenguaje en el arte.
¿Hay un lenguaje en el arte?
¿A qué llamamos lenguaje o de qué hablamos cuando nos referimos a él?
Tal vez, se podría decir que el arte es una “especie” de lenguaje, si acertamos en que comunica emociones y suele transmitir un mensaje.
No toda expresión artística necesariamente es portadora de un mensaje si tomamos como tal a lo que describe la obra.
Si pienso en el lienzo Los fusilamientos del 3 de mayo en la montaña del Príncipe Pío de Madrid es uno de los más altos logros de la pintura española y, probablemente, uno de los hitos también de la pintura universal. Sin duda, además de sus excelencias artísticas, puede ser considerado uno de los cuadros de temática histórica más dramáticos de toda la historia del arte. En ella, Goya “muestra” lo ocurrido por aquellos días, cosa que seguramente lo llevó a pintar esa descomunal pintura.
O sea, es portadora de un mensaje que nos remite a aquel acontecimiento.
Pero si me paro ante una pintura de Kandinsky o de Ricardo Roux, ¿qué es lo que recibo de ella? También un mensaje.
Claro, diferente a lo que me muestra Goya. Éste, nos “cuenta” lo que pasó aquel 3 de mayo, obra realizada en 1814 y Kandinski y Roux, proponen emociones de color y de forma, carentes de figuras reconocibles de nuestra realidad circundante.
Colijo que las artes plásticas se manifiestan en figurativas y afigurativas, o sea, “sin” figuración alguna.
Lo que se dio en llamar arte abstracto, desde mi subjetiva valoración, es un equívoco. Tal vez, cuando a la obra de los artistas que rompieron con la figuración tuvieron que ponerles una etiqueta, lo hicieron desde la concepción de la literatura, desde la filosofía, que conciben la abstracción como que es una operación mental destinada a aislar conceptualmente una propiedad concreta de un objeto , y reflexionar mentalmente sobre ésta, ignorando otras propiedades del objeto en cuestión.
En las artes plásticas, el artista nada abstrae. Por el contrario, propone formas y colores bien determinados, desde su universo sensible y a raíz de ellos, el observador, siente estimulada también su sensibilidad.
Cuando uno lee la descripción del ambiente en el cual Constanza y Clifford conversan, narrada por D. H. Lawrence en El amante de Lady Chatterley, siente el significado del lenguaje, de la palabra escrita, que puede ser narrada en voz alta. Y con la ayuda de la imaginación, uno se introduce en ese ambiente, rodeado por costosos muebles, en la mansión de una familia de la alta sociedad inglesa.
Pero si uno se detiene ante la obra de Van Gogh en la cual él plasmó sobre el soporte su habitación, nada tiene que imaginar. La habitación, es esa que está ahí. No otra
Ahora, vayamos a los espacios de la realidad, a la ubicación de los muebles, a lo que tengo que esquivar cuando quiero moverme para ir a otro ambiente, a lo corpóreo de mesa, sillas, cama o como se llame el mueble que me enfrente. Esa realidad se me opone y condiciona mis movimientos.
¿Pero qué acontece en una pintura? Supongamos, una pintura de esa misma habitación. ¿Es esa realidad? NO. Decididamente, no. Es “otra” realidad. Una nueva realidad. La habitación real, es lo que toma el artista para plasmar esa otra y nueva realidad en la cual, por ejemplo, el espacio entre silla y silla, entre la mesa y la pared, es otro espacio. Lo vemos como tal, pero nada tiene que ver con el espacio de nuestra realidad circundante, sino que es un espacio pictórico.
Por ello el arte visual no es un lenguaje, sino otra manera de decir.
Es eso que está ahí, sean formas figurativas, o sean formas y colores afigurativos.
¿Dónde convergen estas dos maneras?
En la emoción. El arte se corresponde con el universo sensible del ser humano.
Y esto que dice Jacobo Kogan:

 
«Resulta sin embargo patente, que nadie se acerca a la obra de arte, ni siquiera en el caso de la literatura narrativa, con el fin de instruirse sobre los sucesos ocurridos o con el de reunir datos útiles para un saber objetivo.
La obra artística es primordialmente una creación y no sólo la creación de un símbolo significativo, sino de un objeto inédito que más que transmitir información, comunica emociones y que lejos de aludir a alguna realidad que está fuera de ella, fundamentalmente “se significa a sí misma”»
 
© Helios Buira

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© Helios Buira

San Cristóbal - Ciudad Autónoma de Buenos Aires 2017

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